Mi ego perro

25.02.2012 00:00

Esta mañana nada más despertarme, todavía en la cama, tuve un diálogo con mi ego en voz alta, ocupando todo el espacio de la habitación.

Estaba yo bastante harta de que mi ego tuviera la costumbre de asustarme en mi vida cotidiana, apretándome en la boca del estómago en situaciones habituales donde el peligro emocional o físico no era más que una fantasía paranoica y una versión muy sesgada de la realidad…

-Estoy harta de tí, de que me asustes ¿qué tienes que decirme?

-Verás, yo no te asusto, eso no es cierto, yo añado intensidad a la vida cotidiana con algunas fantasías sobre ciencia ficción en tu entorno próximo, o sobre tramas de relaciones con las personas que conoces… a veces te convierto en una espía clandestina a punto de ser descubierta… o bien eres una especie de extraterrestre en un cuerpo humano en un mundo de seres grises… ¿qué malo tiene añadir un ingrediente fantástico, una visión diferente que convierta tu vida en una película de miedo, o de fenómenos paranormales, o en una película de acción donde tienes que huir de tus perseguidores utilizando todos tus recursos de supervivencia y habilidades motoras para salvar el pellejo? tendrías que darme las gracias, yo te doy la intensidad que le falta a la vida…

-Mira, muchas gracias por todo, pero yo ahora no necesito esa intensidad añadida que acaba dándome taquicardia cuando me tomo un café por descuido, he cambiado, he despertado mucho, y la vida cotidiana en sí misma sin el ingrediente de la fantasía me resulta bastante intensa, habitar el presente con todo lo que existe para mi está siendo una experiencia de mucha intensidad, como lo es esta conversación en voz alta que estoy teniendo contigo metida en mi cama, para que te des cuenta de que no te necesito…

-Bueno, ya veo que me estás limitando en mi acción… pues yo no me voy a ir porque me lo digas, este es mi trabajo, contar historias, crear fantasías que te emocionen a ti, que te hagan despertar, que te hagan vibrar y que pongan tu corazón a mil… ¿qué quieres que haga con esto mío?¿me vas a despedir? Es que yo no me voy a ir…

-No te vayas… pero mira, no es lo mismo que tus fantasías me las susurres al oído… por ejemplo… cuando voy andando por la calle y me dices, susurrándome… “vas caminando por esta avenida donde transitan al mismo tiempo cientos de personas… mira sus ojos… están llenos de odios, de agresividad, de desesperación en sus cuerpos humanos como cárceles… y tú los ves tal y como son… y por eso te pueden odiar a ti, porque los descubres…” porque si me susurras esto me sugestionas, me manipulas a creer que esto es cierto… yo te pido que no me lo susurres sino que me digas… mira qué historia más impactante estoy viendo en este momento… o me digas… tengo una fantasía sobre los elementos reales de este lugar donde estás…¿comprendes la diferencia?… si me susurras me manipulas, me sugestionas y me asustas… si compartes conmigo tu fantasía podemos hasta reirnos juntas de las versiones que ofrece la realidad del presente… incluso quizás me transmitas tu entusiasmo y me entren ganas de escribir un relato de ciencia ficción, de trama policíaca, de fenómenos extraordinarios… ya sabes, tus temas preferidos…

-… me das que pensar… parace que ya no te gusta que yo te emocione… he hecho mucho por ti, cuando estabas desvitalizada, cuando tu mundo era gris y estabas perdida sin encontrarte a ti misma, dando bandazos de un lado a otro, desorientada y sin encontrar el sabor de los verdadero…¿te acuerdas?… entonces yo te emocionaba, y eso te hacía abrir los ojos, te llenaba el cuerpo de adrenalina y te convertías en una fugitiva que sólo tenía una oportunidad para salvarse y entonces tu cuerpo acertaba con la respuesta física absolutamente eficaz para escapar de la trampa… tu cuerpo palpitaba, sudaba, ¡te enamorabas! ¿no te acuerdas? ¡te he dado tanta vida!

-Sí, te doy las gracias, pero ahora he aprendido a tomar la vida de la presencia en mi cuerpo y el contacto con la realidad… ha sido un duro entrenamiento… y ya no quiero que me susurres tus historias de miedo, no soy una niña que haya que asustar para que espabile, soy una mujer tranquila y tengo toda la vitalidad que necesito en el aquí y ahora, que cada día me resulta más intenso… si me cuentas tus historias yo me comprometo a escribirlas, al menos algunas, no todas porque tu eres infinito y bueno, escribir es una acción concreta con límites… no te lo tomes como un rechazo, pero no creo que mi capacidad de escribir pudiera desarrollar toda tu fantasía… de hecho tengo que tocar la tierra para escribir y entonces dejo de escucharte…

-Mira, supongo que esto es lo que hay para mí… pero bueno me entristece, me duele… ¡qué va! ¡no me duele! es mentira… ¡no siento dolor! ¿pero quién soy yo que no puedo sentir dolor real?

-Tú eres mi ego, una pequeñísima parte de mi, y has ocupado un lugar que no te corresponde…

-¡Dios mío! estoy dándome cuenta de que yo soy yo, algo distinto de ti… ¿y tú sabías esto Susi?… esto de que yo no soy tú y que soy pequeño y no siento dolor… ¡madre mía! ¿y ahora que va a ser de mi? ¡anda! ahora estoy viendo el alcance de tu petición… ¿tampoco quieres que te advierta con mi fantasía de las intenciones de las personas?¿que adivine para ti por qué una persona actúa como actúa? ¡soy bueno en eso!… ¿qué voy a hacer ahora? ¿qué piensas hacer conmigo?

-Te estás dando cuenta de lo que te pido… ¡por fin!, no quiero que me susurres nada al oido sobre tus fantasías…¿vale?… dime siempre… tengo una fantasía sobre esta persona, sobre esta situación… la cosa cambia mucho si lo haces así… no me obligas a creerte, no me manipulas… y bueno, no te preocupes, ¿sabes qué puedes ser para mi? puedes ser mi mascota, a mi me encantan los animales, y tú podrías ser una mascota mía ¿quieres?

-Siiii, ser tu mascota, ¡qué bueno!, pues es que mira, lo nuestro empezó así Susi, tú sabes que tus padres cuando tú naciste te pusieron en la cuna y debajo de la cuna se metió el perro de la casa y no dejaba a nadie acercarse a ti, ¡te defendía de todo!, y tus padres se reían del perrito porque era muy gracioso, y gruñía a la gente que se acercaba a tocarte, había que tener mucho cuidado de no llevarse un mordisco porque era un perro muy fiero y no confiaba en nadie ajeno a la familia… así fue la historia… ¡yo soy ese perro!

-¿estás seguro de que fue así?… ¡porque yo no te creo!

-Bueno así fueron los hechos, el añadido de la interpretación… es sólo mi fantasía… lo siento, lo he vuelto a hacer ¡pero es una historia genial…muy emocionante!… me gusta esta nueva relación nuestra… seré tu mascota, tu ego perro….¿me puedo poner un nombre?