Entregar la confianza

22.01.2015 12:52

El acto de entregar la confianza es el primer paso para comenzar un proceso de trabajo interno, sin que ocurra este acto no habrá impacto… habrá juego, seducción, atracción, odio, deseo, habrá fantasía, ilusión, rechazo, miedo… y todo lo que haya estará en una distancia de seguridad que impida una verdadera transformación… habrá un cortejo y quizás esto sea lo único posible, pero no habrá entrega y la persona se perderá un contacto profundo con su alma. A veces hay que esperar mucho para que uno se atreva a vivir la entrega.

Entrego mi confianza a otra persona. No se entrega la confianza a un objeto, por ejemplo un libro, o por ejemplo una técnica, la silla caliente en Gestalt, o un sistema de conocimiento, digamos el diseño humano, el eneagrama, o las constelaciones familiares… Entregar la confianza sólo es posible cuando hay dos personas, como mínimo. Esto es muy parecido al sexo, o al amor sexual… me puedo masturbar si quiero, y esto tiene un efecto en mi cuerpo y en mis emociones, puedo usar material erótico para generar una mayor fantasía, puedo usar objetos, puedo usar recuerdos de mi mente… pero es incomparable al contacto sexual entre dos personas… Cuando hay dos personas en una relación, existe riesgo, y asumir riesgos es lo único que dismuye el miedo y procura una experiencia real, sea cual sea, más allá de la fantasía, permite conquistas internas y produce una sólida transformación.

Entregar la confianza me ha dado miedo muchas veces… en estas ocasiones quizás me pregunté… ¿esta persona es digna de mi confianza? y analicé con el pensamiento la trayectoria del otro, entrando en el juicio,  preguntándole a mi mente si tenía el permiso para confiar en el otro… si bien con los riesgos asumidos he descubierto que dar la confianza a otro es un acto de generosidad que me hago a mí misma, ya que también estoy confiando en el desarrollo de mi propia vida donde aparecen unas personas y otras no, y estoy confiando en las elecciones que he realizado consciente o inconscientemente de mis relaciones… ¿qué sentido tiene preguntar a la mente… si todo mi cuerpo, todo mi organismo me ha puesto enfrente justo, aquí y ahora, de esa persona? Es miedo lo que siento, vértigo de lo desconocido, y es importante que exista el miedo para valorar cada acción que emprendo, sólo tengo que darle un sitio… y puedo sentir el miedo y arriesgarme a entregar mi confianza.

Las técnicas por sí mismas no producen transformación, y a veces mi fascinación por el descubrimiento de nuevas técnicas o conocimiento es una fuga acelerada del contacto con el otro, y el contacto conmigo a través de una relación de confianza.

Generar una relación de ayuda con un terapeuta, counselor, facilitador, acompañante… es como construir una casa donde vivir una temporada… cuando entro en mi casa puedo desnudarme, soltar la actitud defensiva que probablemente mantenía en el exterior, decir la verdad y escucharla, ser honesta, expresar mi malestar, descuidar mi imagen, perder el control, vivir mi intimidad plenamente… Eso es la relación de ayuda, un lugar donde yo misma puedo desmontar todas las reglas del juego que yo misma he montado en mi vida, y puedo habitar partes de mi que en mi vida corriente no me permito habitar, es decir, puedo descubrirme, puedo arriesgarme a descubrir cómo soy realmente, ya que puedo olvidarme un rato de quién me exijo ser, olvidar mi idealizacion(cómo debería ser mi vida, qué puedo sentir y qué no puedo sentir..etc) y entrar en contacto con lo que hay en mi en este momento presente, sea lo que sea… esa experiencia de contacto honesto y real sólo puede ocurrir si existe confianza, y sólo existe confianza cuando yo decido confiar… cuando yo decido confiar en otra persona…

Existen muchas formas de evitar un trabajo de transformación y existen muchas motivaciones egoicas para tener éxito en esta evitación… una de estas formas -muy popular- es no entregar la confianza y atrincherarme con justificaciones y racionalizaciones, creérmelas, y aislarme del movimiento de la entrega y su beneficio, mientras el carácter se queda cómodamente en su trono y me convence absolutamente de que me ha protegido, y no me dice claramente que no me ha protegido, si no que se ha protegido a sí mismo, por miedo a desaparecer en una experiencia de vulnerabilidad.

La experiencia de la vulnerabilidad es imprescindible para recuperar mi verdadera fuerza y muchos otros recursos naturales que mantengo olvidados, inutilizados… esta experiencia y habitarla más allá del miedo que me provoca, me posibilita ir soltando la defensa caracterial tan poco eficiente para gestionar mi vida consciente y tan obsoleta en mi actualidad… ¡ah!¡Y todo empieza confiando, entregando mi confianza a otra persona, como metáfora de la confianza en la vida que perdí, cuando cedí el poder de dirigir mi vida a un idiota ego! Demasiado poder para un programa que simplemente deberia estar al servicio de mi alma para su plena manifestación.

-Voy a confiar en tu trabajo, tu espacio de trabajo, tu grupo… pero como yo me sienta mal ¡te quito mi confianza! -expresa el cliente amarillo  -si me devuelves una imagen de que voy por buen camino, y de aprobación, ¡me apuntaré a todos tus grupos!

-Esto que haces se llama manipulación, y lo peor es que te lo crees -expresa el counsellor -si tú quieres confiar confía, pero no siempre será una experiencia agradable, hay muchos estados que tendrás que transitar, como la frustración, el aburrimiento… el dolor, el miedo, la rabia… tendrás que perderte para encontrar tu orientación… y cada vez que creas que yo tengo la culpa de lo que te pasa a ti… cada vez que entres en el juicio de lo que está mal y lo que está bien… entonces recuerda que es muy posible que estés huyendo de tomar tu responsabilidad y hacer algo con ella(por ejemplo expresarte)… y entrando en la desconfianza donde el mayor perjudicado eres tú…

-¡Si claro! -aumenta su defensa el cliente amarillo -¡es que tú eres perfecto! ¡no cometes errores por los que tengas que pagar!¡yo quiero que te sientas una mierda como me siento yo cuando toco mi herida narcisista y el estado real de mi autoestima!¿o es que el único que tiene problemas soy yo?

-No, yo soy humano tambien, e intento hacer mi trabajo de la mejor manera que puedo, sólo que es a través de tu entrega de confianza como yo puedo realmente acompañarte por todos tus estados internos y entrar en contacto contigo… -responde el counsellor con paciencia -si no entregas tu confianza no podre acompañarte a ningún lado, yo me lo perderé y te lo perderás tú… ¡no podremos hacer nada juntos!…

-Ya… pero quizás tu seas un mal counsellor, y me hagas más daño que beneficio ¿cómo puedo estar seguro? -frunce el ceño el cliente amarillo

-Si quieres confía… y si quieres no confíes y nos despedimos aquí -responde el counsellor con paciencia -yo no quiero convencerte de nada, estoy aquí, y estoy disponible, tengo la fantasía de lo que te pasa es que tienes miedo a la transformación que puede ocurrirte si te arriesgas a tener un contacto honesto y real conmigo, contigo, y en esta relación de ayuda… ¿qué daño podría ocurrirte si tienes un espacio para expresar todo lo que te pasa, sea “bonito” o sea “feo” lo que te pase?

-¿De verdad me dejarás expresar todo lo feo? -empieza a bajar la defensa el cliente amarillo. -tengo mucho odio de todas las veces que me han dicho lo que tengo que hacer, y lo he creido, lo he hecho y me he olvidado de mi, de escucharme realmente… pero el arrepentimiento no sirve de nada…

-El arrepentimiento sí que sirve, como un estado emocional que tiene mucha información para ti, ¡te recuerda tus límites reales!, y habitar esos estados que tú calificas como “feos” es una experiencia muy valiosa porque te acercará a ti poco a poco, hasta tocar tu vulnerabilidad -sonríe el counsellor. -dime… ¿de qué arrepientes? ¿qué es eso tan feo que quieres expresar? ¡en esta casa hay sitio para todas las vivencias internas!