Diálogo con mi sombra

29.10.2014 19:13

Esta luz del atardecer me pone frente a mi propia sombra física proyectada en la pared. Guardo silencio y observo... en este momento imagino que la silueta de mi sombra es realmente una parte de mi que quiere entrar en diálogo... es mi otro yo... uno que actúa desde otro lugar de mi conciencia y al que ahora consigo ponerle cara, o cuerpo, o forma... respiro profundamente... sé que hay cosas de mi que no me gustan, sé que tengo asuntos pendientes, sé que pospongo determinadas experiencias para otro momento, sé que tengo miedo... ahora estoy disponible para mirar de frente sin escapatoria, respirando algunos estados que puedan resultarme incómodos o incluso insoportables...

Me sorprende en un sentido contrario al esperado una bocanada de placer, observo la forma que toma mi sombra en sus límites y en su interior oscuro, y de pronto recibo claramente una sensación de compañía, de no estar sola, y esto me trae a la mente el recuerdo nítido de algunos momentos de soledad en la infancia, donde existía una cálida unión con todas las cosas, y era imposible para mi sentirme separada.

Tengo ganas de arrodillarme ante mi sombra.

-Te saludo sombra, ¿quién eres tú?, que con sólo acercarme a ti en medio de esta meditación ablandas mi pecho y me tocas el corazón -expreso en voz alta mi pregunta -¡me traes recuerdos! me recuerdas la ternura de la vida... y tu lealtad conmigo, pese a mis errores...

-Yo soy lo que tú eres, te muestro todo lo que quieras ver de tí misma... ahora te recuerdo algo importante, que vives tu vida para gozar de las relaciones con los otros y contigo misma... y que cuando entras en la dureza contigo o con los demás te alejas de ti misma, de donde te gusta estar... ¿quieres ver tu dureza?

-¿Cómo podría verla?

-Levántate -me pide la sombra que me yerga sobre mis pies -mira a mis ojos y mira a mi pecho... podrás ver tu dureza...

Al instante siento miedo de ser castigada, como una niña cuyo padre se muestra iracundo porque ella no hizo lo esperado...fijo mis ojos al centro del pecho de la sombra... y un color rojo sangre salpica mi percepción... tengo miedo a desobedecer y quedarme sola, sin apoyo, ¡me convierto en una niña asustada!... ¡estoy sola encerrada en una habitación!, la luz está apagada, y yo no sé qué va a pasar conmigo, siento la amputación de algo, como si me cortaran un brazo, una pierna, y yo ahora tuviera menos que antes, ¿cómo se ha cortado ese lazo de seguridad y confianza que me recordaba constantemente que yo soy parte de todo?... Te castigo, eres mala, has cometido un error, pagarás por ello, tienes que darte cuenta de tu maldad, tienes que enmendarte, mejorar, estar más despierta, no cometer fallos, ser más lista... mi mente se acelera como un coche que circula a velocidad imperiosa siempre a punto de colisionar en una curva, en un adelantamiento, en un cambio de rasante... y que siempre consigue evitar el choque, acumulando adrenalina como una bomba humana que podría explotar en cualquier situación.

-Observo mi dureza -reconozco ante mi sombra -probablemente el castigo antiguo de mi padre, actualmente mi rigidez ante la perfecta planificación de la vida... siento miedo, siento rabia, mucha rabia... siento miedo a cometer un error que desate un castigo interno... siento rabia...¡alguien tiene que pagar este autocontrol desmedido! ¡alguien tiene que pagar esta rigidez interna que no me deja respirar, que no me deja ser incoherente, que me impide ser irresponsable, que me persigue cuando soy descuidada! ¿quién va a pagar la renuncia que yo hago a una parte de mi? ¡a mi parte despreocupada!¡a mi parte irresponsable! ¿quién lo pagará? el primero que cometa un error en mi presencia y sea blanco fácil de mi ira...

-¿Sientes el efecto de la dureza en ti? - me pregunta la sombra.

-Siento el miedo a quedarme sola, la sensación de separación... cómo pierdo el vínculo de confianza con la vida, con su flujo perfecto sin control... pierdo el contacto ¡con la ternura de la vida!

-Sientes la dureza, pierdes el contacto con la ternura en tu vida...¿y qué quieres hacer? -me pregunta la sombra.

-¿Qué quiero hacer ahora? -pregunto sin esperar respuesta y pego un salto frente a la sombra, me tiro al suelo, me muevo hacia ella a cuatro patas, me siento en el suelo... me acerco... toco su oscuridad... -¡Quiero escucharte!... escucharte... cuéntame todo, desde el principio... recuérdame quién soy yo...

Tema: Diálogo con mi sombra

No se encontraron comentarios.

Nuevo comentario