Respirando el sentimiento de amor

01.03.2016 12:21

Hoy tengo ganas de escribir, o más bien de escribirme... eso es lo que hago en este blog, me escribo para enterarme, para escucharme, para desarrollar mi habilidad de reflexión usando al mismo tiempo mi sentido preferido, el tacto... mis manos que teclean letras y palabras, y texto como si la escritura fuera una caricia...

Estos días atrás he tenido una intensa experiencia de contacto con el amor, una apertura del pecho, se ha desplegado la diosa que yo soy y ha llenado mi cuerpo de alegría haciendo vibrar mis células como en una danza... Una gran cantidad de vitalidad, entusiasmo, fuerza y dulzura se ha abierto desde dentro de mi y ha renovado mi amor propio y la pasión por mi vida. Esto que ha ocurrido en el movimiento de mi corazón ha estado propiciado por el encuentro con un amigo.

Y yo quiero quedarme aquí, no perder esta conexión, este sentimiento de entrega y gratitud a la vida por lo que me propone en cada momento, lo quiero mantener, quiero cuidarlo... y mi amigo es un hombre muy atractivo por el que siento admiración y afecto, él ha sido mi facilitador como yo de él, la llave que yo elegí y recibí para soltar mi defensa y experimentarme a mí misma desde la máxima inocencia y libertad.

Ahora que el encuentro se concluye, el capítulo se cierra...  me toca a mi sostener este sentimiento de amor y es cuando desde el punto de vista de la terapeuta que yo soy... ¡comienza la diversión!... ¿Qué sentido tiene para mi una profunda experiencia de entrega si no aprendo a convertirla en una manera de vivir la cotidianidad?

Al momento como el automatismo más validado internamente por toda mi estructura psicológica y emocional, emerge la idea romántica del amor que no es más que pura lógica e instinto de supervivencia biológico: si vivo el amor con un hombre, y yo quiero vivir este sentimiento de amor que me produce tanto bienestar, entonces tengo que poseer a este hombre para que nunca me falte esta experiencia y este bienestar.

En ese momento mi conexión con el amor, con la grandeza y la satisfacción que existe en mi corazón, se convierte en una experiencia de carencia, donde necesito más de esto que me ha producido placer, bienestar... ya que al momento le doy poder a la creencia de que es el otro el que me proporciona este acercamiento al amor... olvido que es mi corazón el que vive siempre en ese sentimiento de entrega al preciso instante y su contenido sensible, y si yo bajo mi defensa, y le doy espacio... lo vivencio... algo que por algún motivo misterioso aquí y ahora me permito con el otro, un hombre que me inspira, que encarna en el presente al dios que despierta a mi diosa interna: el otro es importante para que yo recuerde el estado natural de mi ser... pero mi ego -lleno de miedos- ya empieza a susurrarme al oído: ¡agárralo!¡piensa una estrategia para que esta persona forme parte del plan de tu vida!¡y realiza el plan!

Yo no quiero que el automatismo dirija mi vida, quiero liberarme para descubrir quién soy, tengo tanta curiosidad por los sabores de mi alma y el viaje de la conciencia. Cuando escribo ahora y desvelo mi movimiento caracterial y expreso el discurso de mi ego, salgo de la clandestinidad y dejo de ser cómplice de las creencias que me empujan desde el miedo a perder y este acto de valentía me acerca de nuevo a mi corazón, donde está lo que necesito.

Pero no es tan fácil... Hoy es un poco más fácil porque esta batalla la llevo librando desde que era una niña, y siempre aparece la misma trampa. Y en ella caigo yo. He caído tantas veces en esta trampa que hoy no quiero caer... así que emprendo la integración de todo lo que yo soy, lo que me resulta más luminoso y lo que me resulta más oscuro, y utilizo el diálogo para mostrarme a mí misma todo lo que habita en mí, llegar a un acuerdo y tomar un decisión consciente.

Sostener el amor es un desafío para mi corazón y ¡para mis pulmones!, el sentimiento oceánico de unión a la totalidad, de inmensa gratitud por cada instante de vida y su polaridad... el vacío, el silencio y la satisfacción, la sensación corporal de estar completa... la emergencia del deseo y su transformación en entusiasmo, fuego interno que calienta mi cuerpo y genera celebración y creatividad... ¡Qué bien me siento!

-Este sentimiento de bienestar lo tengo que alargar en el tiempo, que no cambie, aquí me quiero quedar para siempre... así que voy a diseñar un plan para que este deseo mío se realice -expresa la astuta zorra que merodea por mi casa -sin duda, quiero mucho más de esto, ese amigo tuyo, Susi, lo quiero para mi, entero, para revivir una y otra vez el mismo encuentro hasta exprimir todo el amor que tenga... lo voy a poseer, será mío, de esta manera terminaré con la incertidumbre, con el límite a mi deseo... y cada vez que yo quiera un poco más de este sabor dulce indescriptible lo tomaré sin más, sin esperas, sin pedir permiso, apropiándome de la cantidad que me sacie, y por fin habré completado este vacío existencial insoportable...

-Siento miedo de ti cuando te escucho -le expreso a la astuta zorra que merodea por mi casa -y me alegro que me cuentes tu estrategia con tanta claridad. No voy a seguir tu plan, no voy a enloquecer intentando cumplir una lista de deseos, ya sabes que en otros tiempos conseguías seducirme y empujarme con tu promesa de gozo hasta convertirme en tu esclava, adicta a la posibilidad remota de un abrazo cósmico de felicidad donde disolverme... hoy he aprendido a perder, he aprendido a soltar, he aprendido a habitar el vacío, he aprendido a ponerme el límite, he aprendido que el dolor me acerca a mi corazón, y por eso tú ya no tienes poder sobre mi... el poder te lo dí yo porque ignoraba que la vida está cuidándome siempre que me relajo, y me proporciona por sí misma las mejores experiencias que necesito, y me trae todo el amor que me nutre, ¡le encanta la abundancia!, sin que yo tenga que planificar una estrategia para conseguirlo... el amor es un animal salvaje que se manifiesta cuando quiere y cuando siente que su libertad es respetada... y tu pretendes poseer a otra persona para que te proporcione amor, ¡tu locura no tiene límites! el amor emerge desde dentro, es un estado de aceptación, gratitud, alegría y confianza... nadie te lo da, y nadie te lo quita... sólo lo compartes y a veces parece más grande en compañía.

-Susi, no me niegues que te encantaría repetir esta experiencia que tú defines de contacto con el amor, apertura del pecho... ¡con ayuda de un aliado atractivo del género masculino! -la zorra merodea nerviosa alrededor de mi casa- Sabes que yo te conozco, te encanta repetir de lo que te gusta... ¡hasta la borrachera!

-¡Qué lista eres querida zorra! -sonrío - no niego lo que me dices, me encanta repetir de lo que me gusta, ¡no te equivocas en absoluto! sólo que no voy a esclavizarme para cumplir un plan... tengo mi corazón y mi cuerpo receptivos, y ¡no voy a utilizar la fuerza!, recuerdo los precios que pagué en el pasado, como un intenso apego al placer que se convertía en sufrimiento ante cualquier frustración, así que me libero y si esa libertad implica dolor, desapego, y espera, estoy disponible para acompañarme, quizás todo sea más fácil de lo que tú has intentado hacerme creer, y la felicidad consiste en estar consciente en la respiración dándole espacio al deseo, al amor... a la nostalgia, a la alegría, a la ilusión, a la tristeza, al vacío... a la soledad, al silencio...

-Has conseguido ponerme el límite -la zorra que merodeaba mi casa se convierte en una niña que cruza la puerta- ahora soy una niña solitaria y soy muy sensible, estoy esperando que lleguen mis amigos, uno por uno a mi casa, yo soy la anfitriona y me gusta compartir desde el silencio, cuando yo estoy en mi vacío el otro me llena y me voy de viaje a mundos diferentes, unos mundos me gustan más que otros, y a veces conozco corazones extraordinarios que me fascinan, como el de este amigo tuyo... pero siempre regreso a mi vacío donde me uno a mí misma y me completo.

-Te quiero -le expreso a la niña que llena de alegría mi casa.

-¡Vamos a esperar en silencio que se haga de noche para mirar las estrellas!

¿Quieres escuchar a tu corazón? Sesiones individuales de Gestalt Counselling con Susi Muñoz